Es cierto, en estas fechas celebramos el nacimiento de Jesucristo, una gran fecha para todos los católicos y no quiero dejar a un lado la importancia de este evento, pero creo que lo que mas me gusta de estas fechas son las reuniones con amigos, compañeros y familia. En ninguna época las reuniones cobran tanto sentido como en los finales de los años. ¿Qué nos motiva a reunirnos con tanta alegría? ¿Será que al terminar un ciclo todos queremos cerrar "con broche de oro? En ninguna otra época del año las reuniones son tan cálidas y emotivas.
Reunirse con los seres queridos es sin lugar a dudas unas de las cosas mas importantes en esta vida. Compartir un momento y en ese momento compartir la vida entera. Contarnos las penas y alegrías del año que esta por terminar, compartir el alma. Hace unos días me reuní con los Carranza, mis hermanos, no de sangre pero sí del alma; crecí con ellos y compartimos mil aventuras juntos en Tepoztlán y en Manzanillo, no puedo visualizar mi infancia sin ellos. Platicar y compartir la vida fue en verdad un momento mágico, de esos que permanecen en el corazón por siempre.
En esta semana, tuve una runión de primas y sobrinas Hammeken, una reunión de mujeres, cargada de palabras de cariño, de aliento, y de conversaciones en las que con sólo unas pocas frases vacías los que traes atorado adentro. No dejo de admirar la entereza de todas ellas, mi prima Paloma con la terrible pena de haber perdido a su nieta Inés, pero con una fé inquebrantable que le da fuerzas para continuar la vida, mi prima Carla con su entereza a pesar de que la vida le puesto pruebas complicadas en su camino, y que con cada palabra inyecta optimismo, valentía y ganas. Mi prima Carmelita que la vida le rompió el espíritu, pero aún así se levanta, se maquilla y esta presente. Berenice con su mirada de cielo, Irca alegre como un amanecer, Gloria ecuánime y con una sonrisa de rocío, Monica con sus ganas de vivir, y entre ellas mi hermana Gina, una mujer a la que yo admiro profundamente por lo que hace con su vida. Mujeres que nos reunimos con nuestras cargas de alegrías y tristezas, pero que ahí estamos dispuestas a entregarnos un cachito de nuestros corazones.
Y me esperan dos reuniones con la familia, esos compañeros de vida que me hacen sentir que vale la pena vivir. Que aunque tenga problemas, ellos estarán ahí para contenerme, que aunque derrame lágrimas, ellos estarán ahí para secarlas, y aunque la vida me haga heridas, estarán ahí para curarlas.
Eso es lo que realmente importa en esta época del año. Saber que tienes con quién reunirte, con quien compartir y a quién abrazar.